Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
El odio y la impunidad han convertido al año 2025 en un periodo mortífero para el periodismo. Reporteros Sin Fronteras documenta que 67 periodistas fueron asesinados en el último año, la mayoría víctimas de ejércitos regulares o irregulares y del crimen organizado.
El Ejército de Israel concentra el 43% de estos crímenes, mientras que México, con 9 asesinatos, se consolida como el segundo país más peligroso del mundo para ejercer la profesión.
En 2025, el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se impone como la organización criminal más violenta de México y uno de los depredadores más temibles del periodismo.
Dirigido por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, el CJNG extiende su influencia a más de veinte estados mexicanos.
En 2025, tres periodistas —José Carlos González Herrera, Kristian Zavala y Calletano de Jesús Guerrero— fueron asesinados en las zonas donde opera el cartel, mientras cubrían temas relacionados con el narcotráfico, la seguridad pública o la corrupción local.
El clima de impunidad permite a estos grupos silenciar las voces independientes y reforzar su control sobre la información.
América Latina, marcada por la “mexicanización” de la violencia, concentra el 24% de los asesinatos globales.
A esta tragedia se suman 503 periodistas encarcelados en 47 países, con China, Rusia y Birmania en el podio de los carceleros.
135 profesionales permanecen desaparecidos, principalmente en Siria y México, y 20 siguen secuestrados, con Yemen como epicentro de los raptos.
Estas cifras no son frías: son el reflejo de un sistema internacional que ha fallado en proteger a quienes informan, y de gobiernos que han cedido al miedo y a la impunidad.
Hoy, más que nunca, debemos recordar que los periodistas no mueren, los matan. Son objetivos deliberados, incómodos testigos de la historia, convertidos en moneda de cambio y peones en conflictos armados. Frente a este panorama, la memoria gremial y la solidaridad ética se vuelven indispensables.
Cada ceremonia, cada mural, cada cápsula informativa es un acto de resistencia y un blindaje contra el olvido.
El Balance 2025 de Reporteros Sin Fronteras, un documento que no solo denuncia, sino que exige acción a defender la libertad de prensa, a proteger a quienes arriesgan su vida por la verdad, y a transformar la indignación en compromiso colectivo, es el siguiente:
https://rsf-es.org/wp-content/uploads/2025/12/Bilan-2025-ES_V2-3.pdf
Los periodistas no mueren, son asesinados. Las acciones letales de los ejércitos –regulares o no– y del crimen organizado han vuelto a propulsar los asesinatos de periodistas. De los 67 profesionales de los medios asesinados durante el último año, al menos 53 fueron víctimas de la guerra o del crimen organizado.
Casi la mitad (43 %) de los periodistas asesinados en los últimos doce meses lo fueron en Gaza, bajo el fuego del Ejército de Israel. Mientras en Ucrania el Ejército ruso prosigue sus ataques contra los reporteros nacionales e internacionales, Sudán, se consolida como un campo de batalla especialmente letal para la profesión.
En México, el crimen organizado es responsable de un alarmante recrudecimiento de los asesinatos de periodistas en 2025, el año más mortífero de los últimos tres para este país, que se afianza como el segundo más peligroso del mundo para los periodistas, con nueve asesinatos. Y este fenómeno tiende a extenderse con una “mexicanización” de América Latina: la región concentra el 24 % de todos los periodistas asesinados en el mundo.
Los reporteros locales pagan el precio más alto: solo dos periodistas extranjeros han sido asesinados fuera de su país: el fotoperiodista francés Antoni Lallican, asesinado por un ataque con drones rusos en Ucrania, y el periodista salvadoreño Javier Hércules, asesinado en Honduras, donde vivía desde hacía más de diez años. A todos los demás los mataron mientras realizaban coberturas en sus países.
Más allá del asesinato, los periodistas siguen siendo objeto de muchas otras agresiones. 503 están presos en todo el mundo: China se mantiene como la mayor cárcel de periodistas del planeta (121), aunque Rusia (48) –que se une al podio de carceleros por delante de Birmania (47)– es el país con el mayor número de reporteros extranjeros detenidos: 26 ucranianos.
Thibaut Bruttin | Director general de RSF
Un año después de la caída de Bashar al Asad, no se tiene noticias de muchos de los periodistas detenidos o secuestrados durante su régimen, lo que convierte a Siria en el país con el mayor número de profesionales de los medios desaparecidos en el mundo, más de un 25% del total.
“¡A esto conduce el odio a los periodistas! Conduce al asesinato de 67 reporteros este año, no por accidente, ni como efecto colateral. Han sido objetivos deliberados y asesinados por su actividad periodística. La crítica a los medios de comunicación es legítima y debe ser una fuerza de cambio para garantizar la supervivencia de esta función social, pero sin caer nunca en el odio hacia los periodistas, que nace y se alimenta de una voluntad táctica de las fuerzas armadas y los grupos criminales. Y hasta aquí nos trae también la impunidad: el fracaso de las organizaciones internacionales, incapaces ya de hacer valer el derecho a la protección de los periodistas en conflictos armados, es fruto del declive del coraje de los gobiernos, que deberían aplicar políticas públicas de protección. De ser testigos privilegiados de la historia, los periodistas se han convertido progresivamente en víctimas colaterales, testigos incómodos, moneda de cambio, peones en juegos diplomáticos, hombres y mujeres a los que hay que eliminar. Cuidado con los clichés sobre los reporteros: no dan la vida por el periodismo, se la arrebatan; los periodistas no mueren, los matan”.
Thibaut Bruttin | Director general de RSF
Desde el 1 de diciembre de 2024, 67 periodistas han sido asesinados por ejercer su profesión. Al menos el 79% de ellos fueron asesinados por fuerzas armadas –regulares o no– (37 periodistas) y por el crimen organizado (16 periodistas).
- El Ejército de Israel es responsable del 43% de los asesinatos cometidos contra periodistas en todo el mundo, en los últimos doce meses. En total, desde octubre de 2023, el Ejército israelí ha matado a cerca de 220 periodistas, de los cuales al menos 65 durante o debido al ejercicio de su profesión.
- Un año después de que Claudia Sheinbaum asumiera la presidencia de México y a pesar de los compromisos que adquirió con RSF, 2025 se ha convertido en el año más mortífero de los últimos tres en México y consolida al país como el segundo más peligroso del mundo para los periodistas, con nueve asesinados.
- Los periodistas se enfrentan a numerosas violaciones de los derechos humanos en el contexto del conflicto en Sudán. Cuatro reporteros han sido asesinados en el ejercicio de sus funciones este año, al menos dos de ellos tras ser secuestrados por las Fuerzas de Apoyo Rápido.
- Solo dos de los periodistas asesinados son extranjeros, muertos fuera de su país: el fotorreportero francés Antoni Lallican, asesinado por un ataque con drones rusos en Ucrania, y el periodista salvadoreño Javier Hércules, asesinado en Honduras, donde vivía desde hacía más de diez años. Todos los demás fueron asesinados mientras realizaban coberturas en suelo de su país.
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